martes, 26 de julio de 2016

Las partes de la muleta (montada)

Las partes de la muleta (Gráfico de  ©Paco Carmona). El círculo azul es la llamada por Fernando Cámara "zona de ataque" donde convendrá fijar la mirada y, en consecuencia, la embestida del toro.
Dicen los viejos aficionados que se debe torear con la panza. Y lo cierto es que si bien la frase pudo haber tenido validez hace un siglo, hoy con un toreo mucho más preciso y depurado, estamos obligados a precisar mucho más.

En el toreo antiguo se procuraba torear (o, al menos, citar) con la panza. Belmonte citando con la muleta plana. Relativamente plana, por cierto, pues Juan la presenta algo sesgada y, sobre todo, muy al pitón contrario, al ojo contrario.
Empecemos, para precisar, distinguiendo aquellas partes de la muleta que tienen nombre propio. De una muleta en la mano derecha o sea, montada con la ayuda o el estoque. La muleta en la mano izquierda tiene una complejidad mayor y de la que ya hablaremos más adelante.

El caso es que, para algunos aficionados, la muleta sólo tiene panza y pico. Pero hay más. Las partes de la muleta serían: el pico (tan denostado); la panza (tan elogiada) y el faldón (tan indisciplinado). Por debajo de la panza, estarían los vuelos (también llamados flecos por ese deshilachado tan típico del extremo de la tela).

El palillo o estaquillador (que es donde se arma la muleta) y la ayuda o estoque (que en él se apoya) forman un armazón de base que confiere cierta rigidez a ese engaño que resulta así mucho más manejable y dúctil al mando del torero.

De las zonas descritas, la más gobernable, es el pico. La más díscola inmanejable (especialmente en los días de viento) es el faldón por ser la más alejada de ese armazón que forman palillo y estoque. 

Cogida de Víctor Barrio. El viento le mueve el faldón en el remate de un muletazo e inicio del siguiente y el toro se le cuela por dentro. La fatalidad hizo el resto. 
Al mover la muleta, lo ideal es apoyar los flecos en el albero para proporcionar mayor estabilidad al conjunto. Dentro de la panza, la zona más cercana al pico y más alejada del faldón ("zona de ataque" le llama Fernando Cámara; "objeto" la denomina Raúl Galindo) será aquella en la que conviene encauzar la mirada del toro y, por tanto, su embestida, por ser una zona relativamente fácil de controlar por el diestro.

Una fotografía muy difundida de un muletazo -muy criticado- de José Tomás. Efectivamente, ahí parece que hay mucho pico pero lo que hay es mucho mando, mucho ajuste y mucha verdad y muy poca superficie de muleta, una muletilla para la vista del toro. La ignorancia (de los criticantes) es muy atrevida.
Aunque todas las partes de la muleta (incluido el palillo) sirven para torear, lo ideal es torear con la panza, cierto. Pero no con cualquier parte de la panza. Sólo con la más próxima al pico. 

Como hace José Tomás, como intentaba hacer Juan Belmonte.

Los instrumentos de torear según la Tauromaquia de Pepe-Hillo (Lámina XXX de la edición de 1804). En el centro la muleta.
PD: La muleta sin montar o sea, la muleta en la mano izquierda presenta zonas similares pero los matices a la hora de utilizarla son innumerables. Más difícil de manejar, menos dominadora, propicia, sin embargo, un toreo mucho mas exquisito y depurado. La muleta en la mano izquierda merece un capítulo aparte.

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